Cómo corregir tu novela en 9 sencillos pasos

Cómo corregir tu novela en 9 sencillos pasos

LO MÁS DIFÍCIL DE ESCRIBIR UNA NOVELA no es el hecho de escribirla en sí, sino lo que viene antes (la planificación) y lo que viene después (la corrección). A mí me cuesta sobre todo ponerme a corregir, porque siempre tengo que quitar y añadir cosas, porque a todos nos atacan las inseguridades cuando hacemos cambios importantes y porque, al fin y al cabo, es un proceso duro y hasta repetitivo que puede incluso hacerme aborrecer lo que he escrito.

Tanto si es tu primera novela como si es la número 47, lo mejor es que sigas un proceso relativamente reglado a la hora de corregir. No hace falta que te impongas tampoco una disciplina militar, pero por lo menos asegúrate de terminar una fase antes de empezar con la siguiente (más que nada porque dividir una tarea grande en pequeñas tareas más pequeñas es siempre una buena idea, ya que marcarte objetivos a corto plazo es más efectivo para que tu cerebro se sienta satisfecho cuando los vas cumpliendo).

Cómo corregir tu novela en 9 sencillos pasos

Este es el método que yo sigo pero, como digo siempre, cada maestrillo tiene su librillo y puede que tú quieras añadir etapas o adaptar el orden a tus necesidades. También puedes combinar varios métodos e ir probando hasta que encuentres el tuyo: cuando lo hagas ¡no te olvides de dejarme un comentario contándome cómo te ha ido!

1. Termina tu novela

Esto parece una tontería y una obviedad, pero es el paso más importante. ¿Cuántas veces te has atascado escribiendo porque se te ha ocurrido la terrible idea de releer el capítulo que escribiste aquella noche que tenías fiebre, del que estabas orgullosísimo porque te había salido del tirón, y te has dado cuenta de que está lleno de frases inconexas y de diálogos sin sentido? Y, claro, ¿cómo vas a dejar eso así? Te lías a cambiar y a toquetear y, cuando quieres darte cuenta, te has bloqueado porque te has dado cuenta de que en realidad no sabes escribir y de que quieres tirar el ordenador por la ventana y mudarte a Hawai.

En serio. No empieces a corregir hasta que no hayas acabado. La primera versión de una historia no es más que un borrador: siempre tendrás tiempo de cambiar cosas más adelante. Si ves que hay un diálogo que no te convence, por ejemplo, haz una marca para recordar después que quieres dedicarle algo más de tiempo pero, de momento, no te pares (puedes hacer como Ana Katzen, que en este artículo nos sugiere que vayamos tomando notas de las cosas que queremos modificar a medida que escribimos para centrarnos en ellas más adelante: una buena herramienta para hacerlo, aparte de la libretilla de toda la vida, es utilizar los comentarios de Word).

2. Déjala reposar

Esto es también extremadamente importante. Después de poner el punto y final, tómate un descanso. ¡Especialmente si te habías marcado algún tipo de objetivo diario de número de palabras para avanzar más rápido! Sigue escribiendo cada día, si quieres (también es importante no perder el hábito), pero dedícate a algo completamente diferente. Una nueva novela, si has sido previsor y la has ido planificando paralelamente a la escritura de la que acabas de terminar, o, si lo prefieres, algún relato más corto… ¿Por qué no te animas con poemas? Hagas lo que hagas, deja de lado tu recién acabada novela por un tiempo. Como mínimo, una semana (aunque, si puedes, más). Tienes que distanciarte de ella.

Aunque es posible que te pase como a mí: para la última novela que he terminado tuve que documentarme mucho. De hecho, aún sigo buscando algunos detalles y leyendo libros sobre la época en la que está ambientada, la Guerra Fría, porque por supuesto me interesa aprender más sobre ella y, también, porque cuanto más sepas sobre un tema más capas puedes volcar en tu historia (además, me encuentro todavía en el paso quinto: me quedan algunas revisiones más y siempre se puede añadir aquí y allá algún detalle que enriquezca más el texto). Una de las cosas básicas que debes hacer cuando te documentes es tomar notas cuidadosamente de todo lo que averigües: es más que probable que tengas que volver a releer esos datos más adelante y confiar solo en tu memoria puede jugarte una mala pasada. Porque, por supuesto, todo eso que has aprendido irá olvidándosete poco a poco. Es natural, claro, pero asegúrate, para poder revisar que la forma en la que has introducido toda esa información en la novela es la adecuada, de encontrar un equilibrio entre el tiempo que tu novela necesita reposar y el que tu memoria tardará en olvidarse de los detalles (aunque si tus apuntes son un paraíso de claridad y limpieza y no te importa echarles un vistazo antes de empezar a corregir de nuevo, puedes darte el lujo de dejar que pasen meses o incluso años).

3. Léela como lector

Vale. Ha pasado un tiempo desde que terminaste tu novela: ya puedes empezar a leer. Pero no es momento ahora de pararte a cambiar comas o a buscar sinónimos: casi es preferible que no lo hagas. Si puedes, imprímete el documento y léetelo del tirón.

Es el momento de fijarse en cosas como la estructura, la evolución de los personajes, la credibilidad de los giros de la trama… En los grandes cambios que puede que tengas que hacer (de verdad, no tiene sentido pulir los diálogos de un personaje que después decidas eliminar de un plumazo). ¿Tiene la trama principal la suficiente fuerza? ¿Tiene esta escena la longitud adecuada? ¿Es el final demasiado apresurado? ¿Este personaje realmente haría esto? Hazte todas estas preguntas y asegúrate de responderlas (y de encontrar la manera de arreglar lo que tengas que arreglar).

También es el momento de que te plantees de qué va tu historia y si has dejado claro el mensaje que quieres transmitir con ella: asegúrate de que tu novela tiene el esqueleto adecuado.

4. Haz los cambios grandes

Pues eso: modifica todo aquello que no te cuadre. Cambia escenas de sitio, dale más o menos protagonismo a los personajes que lo necesiten… Asegúrate de que el simbolismo de tu novela esté donde tiene que estar y todas esas cosas. Termina las escenas que dejaste a medias porque te faltaban detalles de documentación: no hace falta que dejes impoluto tu manuscrito, pero al menos que esté presentable.

5. Búscate lectores

Puede que tú funciones mejor enseñando la novela poco a poco para que los lectores te vayan dando su opinión sobre la marcha. Hoy en día es muy fácil hacerlo en internet y es verdad que en ocasiones te sube la moral que alguien esté ahí al pie del cañón y te anime a continuar porque quiere saber cómo termina la historia… pero también puede pasar que los comentarios de un lector te influyan demasiado y que te plantees cambiar cosas mientras estás escribiendo ¡y eso es un error (vuelve a leer el paso 1)! En cualquier caso, también para un lector es difícil juzgar una obra que no está terminada y, por eso, deberías tomarte más en serio la opinión de alguien que se ha leído la novela completa.

De hecho, necesitas esa opinión. Hace poco fui a una presentación de un libro de un escritor novel (era no solo su primera novela publicada, sino también la primera que escribía), y decía que lo que más ilusión le hacía era el recibir comentarios de los que se habían leído su libro y le habían dicho lo que no les había gustado. Yo tengo la suerte de contar con un grupo de amigos de los que me fío para esta tarea: tengo con ellos la suficiente confianza como para pedirles que se lean una novela en su versión no definitiva y sé que no me van a engañar diciéndome que les ha encantado todo cuando ha habido cosas que no les han gustado.

Se ha hablado mucho sobre los lectores cero (aquí, por ejemplo): no voy a entrar a discutir su utilidad, pero a mí sí que me funcionan. Son personas (eso sí, asegúrate de buscarte más de uno, porque toda opinión es subjetiva y necesitarás contrastar) a las que les gusta leer, pero no son correctores profesionales. Y su opinión es muy importante (especialmente si les preguntas específicamente por aquellas cosas que cambiaste en el paso anterior como resultado de tu primera lectura), pero al final eres tú quien tienes que tomar la decisión final sobre modificar tal o cual aspecto. Aunque si ya son cinco personas las que te han dicho que la frase final es una patata a lo mejor deberías plantearte hacerles caso y cambiarla.

6. Léela de nuevo

Esta vez, haz una lectura crítica, teniendo en cuenta los comentarios que te hayan hecho tus lectores: corrige lo que tengas que corregir y fíjate más en los detalles. En la expresión, en las metáforas y, sobre todo, en los diálogos. Es extremadamente importante que tus diálogos sean creíbles y coherentes con cada personaje, así que cuídalos especialmente.

7. Búscate nuevos lectores

Si es posible, pásasela a personas que no sepan nada de la historia (puedes repetir con tus lectores, si están dispuestos a volver a leerse la misma novela para decirte si has acertado con los cambios, aunque te recomiendo que no abuses de su amabilidad y que te busques a gente nueva que te aporte opiniones frescas).

8. Corrige

Vuelve a leer tu novela. Ten en cuenta los consejos que te han dado tus últimos lectores y, esta vez sí, céntrate en los detalles. Corrige la prosa y las erratas, cuida la expresión ¡y la ortografía (puedes echarle un vistazo a este estupendo libro de Gabriella Campbell para asegurarte de que no se te olvida nada)! Ten cuidado también con los gazapos tontos, del tipo cambios en el color de los ojos de los personajes o en la época del año en la que transcurre la historia.

9. Deja paso a un profesional

¡Ya está! Ya has corregido tu novela ¡enhorabuena! Pero no está terminada: necesitas una corrección profesional. Sobre todo si estás planteándote la autopublicación, búscate a un corrector profesional (una persona especializada con experiencia y que, por supuesto, cobrará por su trabajo) para dejar tu texto lo más pulido posible. De verdad, sé que después de todas estas revisiones estarás tentado de creer que tu novela no puede mejorar más y que está lista para salir a la venta, pero ¡no te saltes esta fase!

En realidad, corregir es un proceso lento. Depende de muchos factores, pero fácilmente puede llevarte un año o más (si tus lectores son especialmente lentorros): no desesperes y, sobre todo, no dejes de escribir. ¡Sumergirte en nuevos proyectos te cargará las pilas!

¿Sigues un método parecido para corregir tus novelas? ¿Te planteas utilizar el mío? ¿Ya lo has probado y te ha encantado? ¿Es la primera vez que corriges una novela? ¡Cuéntamelo todo! Y, como siempre, si te ha gustado ¡no te olvides de compartir!

Crédito de la foto: © Christopher Long

Elena

4 respuestas a «Cómo corregir tu novela en 9 sencillos pasos»

  1. Hola Elena,

    muy buen post, estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices (y cómo lo dices).
    Yo cometí el fallo de revisar la primera parte de mi (por ahora inconclusa) novela y no lo hago más. Perdí mucho tiempo y me desanimé un poco. Ahora sigo adelante con la intención de terminarla y escribiendo en fichero aparte qué creo que debo repasar al revisarla (personajes, jerga, diálogos…) Me leí los 70 trucos de Gabriella y pienso usar el libro en cuanto la termine (y me de unas semanas para descansar de ella).
    Pero como te decía, muy buena entrada y muy buenos consejos.

    Nos leemos.

    1. ¡Hola, Alejandro! Me alegro de que esta entrada te haya sido útil… ¡Mucho ánimo para terminar tu novela! Seguro que lo consigues

  2. Hola Elena.

    Me parecen buenos pasos a seguir, bien detallados. Creo que el mayor impedimento a veces suele ser el de encontrar lectores fieles. En ocasiones las amistades o familiares se limitan la opinión por no querer sonar chocantes, y eso hace que la crítica piedra su potencial.

    Un asunto con el que me encuentro a veces, es en cómo tomar las opiniones de lectores que no están muy familiarizados con el género. A veces puede servir para tener opiniones desde otra perspectiva. Pero también está el desafío para uno, de hasta dónde marcar el límite de lo aceptable.

    Saludos.

    1. ¡Hola! Tienes razón en que no todos los lectores cero valen: yo, por suerte, tengo un par de amigos a los que también les gusta escribir y que, aunque no sean expertos en novela histórica, que es lo que yo escribo, sí que son capaces de disfrutarla, y como también son un poco del gremio saben lo mucho que ayudan a veces las críticas constructivas. ¡En ese sentido soy muy afortunada! Alguna vez también he contado con la opinión de gente menos puesta quizás en asuntos técnicos, pero también sirve para comprobar el tirón que tu novela tiene en un lector «raso». Lo suyo es tener de todo un poco y preguntar directamente qué es lo que nos preocupa de nuestra obra. Aunque sí que es cierto que puede ser difícil encontrar lectores cero. ¡Mucho ánimo!

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