Un manual para ligar de hace 80 años y otros tesoros de la hemeroteca

Un manual para ligar de hace 80 años y otros tesoros de la hemeroteca | Esquinas Dobladas

Los escritores debemos de estar locos. Nos pasamos horas y días y semanas tecleando y borrando. Revisamos y leemos e investigamos para sacarnos de dentro esa historia que queremos que llegue a los lectores, y no sabemos siquiera si al final se publicará, si se venderá o si conquistará a alguien. Gran parte de todo ese trabajo, además, no se ve. Una novela está sujeta por muchos andamios: muchas horas de planificación y escaletado, de reescribir páginas y capítulos enteros, de consultar libros y artículos y documentos y hemeroteca.

Precisamente de la hemeroteca venía a hablar yo hoy.

Quizás no te lo parezca, pero los periódicos son una riquísima fuente de información para el escritor de novela histórica. En un periódico, como hoy en día hacemos todos al abrir Twitter por las mañanas, un personaje puede ojear las noticias y cómo marcha situación política en el mundo. También puede enterarse de que un familiar o un conocido ha fallecido, o encontrar una propiedad en alquiler o descubrir las maravillas del último y más revolucionario producto crecepelo a través de un anuncio.

Vamos, que son un poco un comodín para un escritor. Por eso merece tanto la pena escarbar un poquito en la hemeroteca: ¡una puede encontrar cosas muy interesantes!

Pero como, irremediablemente, todo lo que una investiga para escribir una novela no cabe entre las páginas de esta, hoy quería compartir un par de curiosidades que encontré buceando por la hemeroteca mientras me documentaba para escribir Un elefante bajo el parasol blanco.

Un manual para ligar de hace 80 años y otros tesoros de la hemeroteca

Hoy en día es muy fácil tirar de hemeroteca. La gran mayoría de los periódicos del mundo tienen bibliotecas digitalizadas al alcance de cualquiera, lo cual además permite al escritor curioso consultar números no solo por fechas sino también por palabras clave en los titulares o por temática.

Por ejemplo, tenemos la maravilla que es la web de la Biblioteca Nacional de Francia (recordemos que la novela está ambientada en Laos en 1940, y en aquella época era un Protectorado Francés). En Gallica, que es la biblioteca digital (¡y gratuita!), con un poquito de magia para acotar las fechas que me interesaban, no tardé en encontrar unos ejemplares majísimos de la Marie Claire.

Afinando un poco más, busqué los diarios que se publicaron en Indochina entre los días 3 y 7 de febrero de 1940. Hay que tener en cuenta que en aquellos momentos no toda la prensa llegaba a todas partes inmediatamente: los periódicos franceses de mayor tirada sí que terminaban por distribuirse en otras partes del mundo, por ejemplo, pero tardaban semanas en llegar.

Por ejemplo, tenemos este número tan apañado de Le matin, que salió en París el mismo día 7 y habría tardado un pelín en llegar a Indochina.

O este otro número de Le nouvelliste d’Indochine, del 4 de febrero, que casualmente tiene un titular muy interesante para mi protagonista: un ataque con bombas a la vía férrea de Yunnan (que era lo que interesaba a los japoneses de Indochina, por ser la vía de abastecimiento de China, contra quien estaban luchando). De ahí que finalmente esta escena se colara entre las páginas de mi novela:

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¡Pero no todo van a ser politiqueos y guerras! Vayamos a lo verdaderamente interesante.

Por ejemplo, ¿qué me dices de este artículo del 23 de febrero de 1940, sobre esa actriz emergente que acababa de protagonizar Lo que el viento se llevó?

¿Y de este fantástico test de cultura general para averiguar si tu prometido es más cultivado que tú?

Pero mis favoritos son, sin duda, estos consejos de ligoteo con frases para encandilar a los soldados. ¡No tienen desperdicio!

Por ejemplo, tenemos estas frases tan aparentes (a elegir según convenga al caso):

Muchos hombres fuman solo porque lo hace todo el mundo.
(o bien)
Para mí, un hombre que fuma no es un hombre.

¿Siempre ha sabido ortografía? Podemos decir que es señal de verdadera cultura.
(o bien)
Bueno, también Napoléon tenía faltas de ortografía.

Vamos, que hay opciones para todos los gustos.

Entre nosotros, no parece que la cosa haya cambiado mucho 😉


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Un elefante bajo el parasol blanco | Elena Álvarez

Un elefante bajo el parasol blanco

Elena Álvarez

Una novela de aventuras en la Indochina de la Segunda Guerra Mundial. ¡Ya a la venta!

Foto de Museums Victoria en Unsplash

Elena

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