NO SOY MUCHO DE comprar revistas de ningún tipo, porque siempre que me he puesto a hojear alguna (en la típica sala de espera del dentista) había uno o dos artículos que me interesaban y del resto simplemente me quedaba con las imágenes. Y por eso, aunque me encanta la historia, las revistas del tipo National Geographic no son para mí, porque en un solo número tratan de temas muy variados. Y ya sabes que no me gusta dejar las cosas sin leer.
Por eso me pareció interesante la propuesta de Desperta Ferro, que hace números monográficos sobre una época o un tema. Y, tras pensarlo mucho (de nuevo mi complicado proceso de compra), me decidí a encargar dos números sobre vikingos: La herencia vikinga y Los vikingos.
Al final, aunque no me arrepiento de haberlos comprado, me resultaron estar demasiado enfocados en el tema militar (lo cual tiene toda la lógica del mundo, por otra parte, ya que son revistas sobre historia militar y política) e, inevitablemente, mis artículos favoritos son los que se centran más en la vida cotidiana de los vikingos (no en vano he descubierto, gracias a Pachinko, que mi mi tipo de lectura favorito son las novelas históricas costumbristas).
(Por cierto, que El Fisgón Histórico acaba de sacar un cómic sobre vikingos también con Desperta Ferro que tiene una pintaza…)
Y, sobre todo, a la herencia que dejaron en todos los territorios por los que pasaron: aunque, claramente, esta es muchísimo mayor en aquellas tierras que llegaron a gobernar y a colonizar propiamente (los días de la semana en inglés, sin ir más lejos, o canciones como London Bridge), también hay muchos aspectos de nuestra cultura habitual, incluso aquí en España, que provienen directa o indirectamente de un pasado vikingo.
Los vikingos en España
Si todavía no sabes quiénes eran los vikingos, puedo recomendarte (aparte de mi novela, claro, Cuando la luna brille) que les eches un vistacillo a este artículo que escribí sobre curiosidades vikingas en La taberna de Brottor (el blog de Alejandro Fernández Monte, escritor de novela histórica que también se pasó por este blog a doblar un par de esquinas), o a estos otros sobre los (famosos) cascos vikingos, los barcos vikingos y los nombres vikingos. Y también tengo en Youtube un par de vídeos muy cortitos de los juegos de preguntas que hago en mis presentaciones.
Y también te recomiendo encarecidísimamente el blog de Laia San José, The Valkyrie’s Vigil, que tiene muchísima información sobre los vikingos y su modo de vida, y de manera más resumida artículos como este en Muy Historia.
Ahora, si bien es cierto que asociamos (y con razón) a los vikingos a territorios lejanos, mucho más al norte (y con más frío), también llegaron los vikingos a España, y les dio tiempo a dejarnos como herencia algunos aspectos de su cultura.
La herencia vikinga en España
La luna de miel
Como ya te contaba en este artículo, lo creas o no las lunas de miel tienen un origen vikingo: cuando se celebraba una boda vikinga siempre había un banquete (como el del primer capítulo de Cuando la luna brille) y, tradicionalmente, se servían bebidas alcohólicas: la más popular era la hidromiel (o aguamiel), que se hacía con miel, agua y levadura y que, según la costumbre vikinga, debía ser bebida por los recién casados durante un mes (una luna) tras la boda, porque fomentaba la fertilidad en el nuevo matrimonio.
La hemocromatosis en Galicia
Aunque no está claro si la abundancia del gen que produce esta enfermedad entre los gallegos se debe a la herencia celta o a las incursiones vikingas de hace mil años, lo cierto es que existe una propensión a padecer hemocromatosis en la sangre gallega. Hay quien dice que la ciudad de Vigo tiene un origen vikingo, aunque sea solo etimológicamente,
La unificación española
En este artículo de Eugenia Miras para ABC viene todo muchísimo mejor explicado, pero las sucesivas oleadas de ataques vikingos que llegaron a las costas del norte de la Península Ibérica alrededor del año 1000 hicieron que las poblaciones atacadas empezaran a plantearse que, quizás, si se unieran podrían hacer frente al enemigo de una forma algo más eficiente. Faltaban aún casi 500 años para la unificación española que todos hemos estudiado que llegó con los Reyes Católicos, pero sí que fueron los vikingos los que propiciaron que los territorios de lo que entonces era la Corona de León se unieran bajo un mismo sentimiento: echar a los invasores normandos.
La leyenda de Cudillero
Gracias nuevamente a Alejandro Fernández Monte descubrí yo esta leyenda: resulta que se cuenta que los habitantes de un pueblecito de Asturias llamado Cudillero descienden casi directamente de unos vikingos que se habrían asentado allí hace cientos de años. Y no es nada descabellado pensar que pueda ser cierto, ya que en este pueblo se habla un dialecto, el pixueto, que tiene mucho en común con las lenguas germánicas, además de ciertos cuervos en el escudo de la localidad o cosillas ya más difíciles de demostrar, como que el hecho de que la genética de los habitantes de Cudillero parezca favorecer a los individuos de ojos y cabellos claros.
En el blog La Hispania de los vikingos hay recogida una versión mucho más completa de la leyenda, que no tiene desperdicio.
Lordemanos y el idolillo de San Isidoro
Lordemanos es una localidad muy pequeñita de la provincia de León, adscrita al Ayuntamiento de Cimanes de la Vega, que sin embargo es famosa porque su nombre es la evolución fonética natural de la palabra normandos.
Y también en León se encuentra, en el Museo de la Colegiata de San Isidoro, el llamado idolillo vikingo, que es una cajita de hueso con decoración típica escandinava que data del siglo X y que no sabemos muy bien cómo llegó hasta aquí, aunque hay varias hipótesis, como puedes leer en este artículo en Historia 2.0.
Por supuesto, también hemos heredado otros aspectos culturales de los vikingos, aunque indirectamente y a través de la influencia de otras culturas que tuvieron mucho más contacto con los normandos, como la carolingia o la anglosajona. Pero creo que con estas pequeñas pinceladas puedes hacerte una idea más o menos general de la presencia vikinga que aún hoy existe en España, bastante grande si tenemos en cuenta lo relativamente poco que interactuaron con los pueblos autóctonos.
Aunque, si te has quedado con ganas, siempre puedes leer mis otros artículos sobre vikingos: sobre los cascos y sus cuernos, los drakkar o barcos-dragón y los nombres vikingos. También, por supuesto, puedes leer mi novela Cuando la luna brille (solo sé todas estas cosas porque soy una friki de la documentación) o probar a hacer esta tarta vikinga mientras buceas en mi tablero de Pinterest también sobre vikingos.
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¡Qué artículo más interesante! Ya sabes que busco documentarme sobre este tema (y ya empecé a hacerlo).
Aunque no necesitara buscar información más allá de una fecha, la curiosidad me ha hecho seguir indagando acerca de cuando la cultura vikinga mutó a la posterior cultura normanda —me pareció un cambio muy radical en «poco tiempo»—.
Siempre me llamó la atención el saqueo que sufrió en el 844 mi ciudad natal que está 100kms en el interior de la península (Sevilla). Me resulta muy extraña la estampa de musulmanes y vikingos enfrentándose a orillas del Guadalquivir. Llegaron donde quisieron durante un par de siglos.
¡Gracias por comentar! La verdad es que solemos pensar que en la Edad Media las cosas iban despacio, pero teniendo en cuenta las comunicaciones de la época sí que hubo cambios bastante radicales en relativamente poco tiempo… Y si bien es cierto que en España no llegaron a dejar una huella tan grande como en otros países, los sitios a los que sí llegaron los recordaron bien. (Espero que tu documentación vaya viento en popa, nunca mejor dicho 😉 )
Sus naves, los «drakkars» podían remontar ríos de poca profundidad,, sus ataques eran muy rápidos, algo así como la «blietzkrieg» a la vikinga, justo
esa expedición normanda que entró en Sevilla, procedia de A Coruña y Lisboa,
inicialmente eran 150 naves,, pero en el enfrentamiento en Galicia perdieron
120,, quedando 30,, si los vikingos eran belicosos,, los cristianos y los moros
eran tanto o más,, aunque entraron en Sevilla,, acabaron derrotados y muchos
de ellos, se convirtieron al Islam. (curioso).
La diferencia está en que no es lo mismo atacar un pais en paz, que uno en estado de guerra,, como el caso de España,, . Así pués los vikingos aunque eran guerreros muy preparados,, no conocían el orden de combate de ejércitos organizados, como ocurrió en éste caso.
Disculpe caballero, pero los vikingos conocían a la perfección formaciones de combate….
De hecho luchaban en formación cerrada e incluso formaban cuñas de ataque…
La diferencia con respecto a la península Ibérica respecto del centro y norte de Europa, era el tipo de formación y de lucha.
En la península el combate era más de hostigamiento, formaciones dispersas y ataques con javalinas, hondas, azconas… Ataque a distancia y retroceso, desgaste….
No buscar el cuerpo a cuerpo.
En cambio en el centro y norte de Europa el combate era más de formaciones cerradas y melee.
Incluso la caballería Ibérica, los llamados:»jinetes» y sus antecesores de la edad oscura, llevaban javalina en lugar de lanza para cargar….
Básicamente la diferencia era el estilo y el tipo de combate. Una guerra de guerrilla y desgaste en la península frente a un combate de choque.
Pero pensar que en el resto de Europa no había guerra o conflictos en aquella época es bastante descabellado.
Un saludo.
Muy interesante todo lo referente a esos salvajes; llamados vikingos.NOsotros,buscamos más que mejor; la derivacion,sajona de la civilización.Sinembargo;tenemos muy presente,la presenvia;vikinga europea.Seguimos,. las investigaciones tutti pretto.
Los cascos de los soldados vickingos no tenían cuernos, y no eran dragones , sino serpientes
¡Muy cierto que no tenían cuernos! Es una idea equivocada demasiado extendida, me temo. ¡Gracias por pasarte!
En un reciente análisis de mi ADN figura un 12% de una región de Dinamarca. Teniendo en cuenta que la mitad de mi familia es originaria ( hasta donde llega mi conocimiento) de la Ría de Arosa, posiblemente aquellos navegantes hayan “ ejercido sus costumbres “ en la zona. El curiosear sobre los vikingos me ha traído hasta Esquinas Dobladas. Interesante.
¡Vaya, qué curioso! 🙂