CUANDO TIENES UNA IDEA que te motiva, lo que más te apetece en el mundo es abrir un documento en blanco (o estrenar una libreta nueva, esto ya según el gusto de cada uno) y empezar a escribir. Sin más, porque sientes que esa idea es lo más maravilloso y original que se te ha ocurrido nunca y que esta va a ser tu obra definitiva; todo lo que has escrito antes puede que no sirva para nada, pero esto, con esta idea, va a marcar la diferencia.
Y sin embargo, no es demasiado recomendable que te pongas a escribir directamente. Por lo menos, no si no tienes varias cosas claras antes. Y una de ellas es el escenario en el que van a moverse tus personajes.
¿DÓNDE AMBIENTO MI NOVELA?
Y me dirás: Anda, qué tontería. Cómo va a importar eso: Yo siempre ambiento mis novelas en mi ciudad y me va estupendamente.
Ah, pero eso significa que has tomado la decisión de situar la acción en tu ciudad y en el momento presente. Lo cual puede que sea sencillo en términos de documentación, porque conoces de primera mano de lo que estás hablando. ¡Enhorabuena! Lamentándolo mucho, tengo que decirte que esta entrada no es para ti. ¡Gracias por leer hasta aquí y espero volver a verte pronto!
Si, por el contrario, has sido un poquito más ambicioso (no voy a decir valiente porque la otra opción no es para nada cobarde: de hecho, es de lo más sensata) y has decidido embarcarte en la aventura de crear una ambientación (un mundo) o basarte en una ya existente pero con la que no estés demasiado familiarizado, hay algunas cosillas que deberías tener en cuenta:
La primera es que, si decides basarte en algo que ya existe, te documentes. Aunque no sea lo tuyo y te parezca muy aburrido, aunque sea por encima (de hecho, es una parte del proceso de escritura que a mí, personalmente, me encanta. Pero entiendo que puede que no sea lo tuyo).
La segunda es que, si no te ves con ánimos para documentarte (si lo que te pasa es que no sabes por dónde empezar, puedes echarle un vistacillo a este artículo en el que hablo de lo más básico del proceso de documentación), cortes por lo sano y te inventes tú tu propia ambientación.
INCIACIÓN A LA CREACIÓN DE MUNDOS
(WORLDBUILDING)
No es tan complicado: tienes libertad absoluta para inventarte lo que te dé la gana. Puedes crear una fauna y una flora propias, un lenguaje (aunque quizás para esto sí que necesites documentarte, después de todo), leyendas, formas constructivas… lo que te apetezca. Solo asegúrate de seguir estos tres consejos básicos (y de no caer en estos errores):
1. Sé coherente
No cambies las reglas a la mitad de la novela: si has dicho que todas las personas pueden volar en tu mundo sin excepción no te inventes cien páginas después una comunidad de gente que no puede volar (y si lo haces, da a entender con antelación que esta gente ha existido desde el principio). Haz una relectura a conciencia en busca de gazapos y cambios indeseados en las leyes de tu mundo.
2. Sé un experto
Puedes especificar más o menos, pero siempre tienes que saber más de lo que dices (sobre este mundo que has creado, se entiende): no hace falta que escribas un tratado sobre la fauna de la región de tus personajes, pero preocúpate por desarrollar un poco esa sociedad (puedes dividirte la tarea en grandes bloques, como los sugeridos aquí por Jordi Noguera para Factoría de Autores) en la que vas a ambientar tu historia para que el lector pueda intuir la riqueza que hay detrás de la novela. Como nos aconseja Holly Lisle en este artículo sobre worldbuilding, construye solo lo que necesites e insinúa el resto.
3. Deja que tus personajes interactúen con el medio
Si te has inventado un país nuevo con sus ciudades y sus trajes típicos, ¡aprovéchalo! Haz que el lector quiera saber más sobre esa sociedad. Haz que lo busque en Google y que se maraville de que lo has creado tú cuando no encuentre resultados. ¿Cómo? Utiliza la famosísima premisa del show, don’t tell para caracterizar a tus personajes al mismo tiempo que al entorno. Intercala aquí y allá alguna descripción un poco más a fondo y, si tu ambientación es sólida, te habrás ganado al lector.
Baraja varias opciones, experimenta (hazte muchas preguntas y búscales respuesta: utiliza esta lista del blog Inteligencia Narrativa o adáptala a tus necesidades). Crear mundos de la nada no es fácil, pero puedes basarte en algo que exista o haya existido y divergir a partir de ahí: puedes optar por basarte en una ambientación ya existente, del tipo de ese pseudo-medievo de las novelas de fantasía… no es original en cuanto a ambientación, pero puede serlo por la historia y los personajes, así que no te cierres puertas.
Te aconsejo que tengas muy en cuenta qué tipo de historia quieres escribir: quiénes son tus personajes y cómo va a desarrollarse la acción. Porque, sinceramente, ¿para qué vas a molestarte en crear una sociedad desde cero si tus personajes van a pasarse toda la novela encerrados en una habitación sin ventanas? Haz que tus personajes vivan en su medio. ¿Qué cambiaría de tu historia si trasladas a tus personajes a otra época? Si la respuesta es nada, plantéate utilizar una ambientación más sencilla.
Porque mi última recomendación es que simplifiques lo máximo posible. Por supuesto, si tienes entre manos un proyecto grande, adelante. Pero si en el fondo da igual que tu historia se desarrolle aquí a la vuelta de la esquina o en una aldeíta de la India, plantéate si no sería mejor traerte a tus personajes cerquita. Y es que muchas veces se nos olvida que, por mucha globalización que haya, que la hay, las diferencias culturales existen, y a veces es difícil comprender cómo piensa una persona que se ha criado en una cultura totalmente diferente en todo a la nuestra propia.
Para ir un poco más allá e investigar a fondo sobre la creación de mundos, puedes ojear este manual, seguir este tablero en Pinterest y responder detenidamente a todos estos cuestionarios específicos, ademas de explorar esta recopilación de artículos para escritores de fantasía. Si te ha gustado, ¡no te olvides de compartir! Y si tienes algo que añadir sobre la ambientación y la creación de mundos (o sobre cualquier otra cosa que se te ocurra), recuerda que puedes dejar un comentario. ¡Hasta la semana que viene!
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¡Hola Elena! Me ha gustado mucho el artículo, sobretodo la facilidad que tienes para encontrar referencias y documentación. Si no te importa enlazaré uno de tus artículos en el próximo que haga, porque creo que es muy interesante! Y si quieres nos mantenemos en contacto 😉
¡Hola, Jordi! Claro que sí: me haría mucha ilusión que me enlazaras en tu blog ^^. Gracias por tus palabras y, por supuesto, por tu artículo. ¡Saludos!
/Tomo nota de todo. Muchísimas gracias por ser tan clara y tan precisa en tus explicaciones, Dori: ¡sobre todo por los enlaces! Es todo muy útil y de pronto parece que algo tan complicado como construir un mundo se vuelve un pasito más simple. De nuevo, ¡buenísima suerte con tu nueva novela! Con todo lo que demuestras aquí que sabes, estoy segura de que al abrir tu libro nos sentiremos como si estuviéramos en otro mundo. ¡Un abrazote gigante y ánimo!
Me alegro de haberte sido de ayuda… Ya digo que el worldbuilding no es lo que mejor se me da (de hecho, creo que tus ambientaciones están más trabajadas que las mías), pero siempre es interesante leer lo que otras personas pueden aportar al proceso para intentar aprender.