En mi último artículo ya te contaba seis curiosidades que descubrí mientras me documentaba para escribir mi novela Esa nube tiene forma de oveja (que, por cierto, ¡ya está a la venta!), pero como soy una friki de la documentación se me quedaron algunas en el tintero, he decidido montar una secuela y traerte otros seis datos curiosos sobre la vida tras el Telón de Acero y la caída del Muro de Berlín.
La caída del Muro de Berlín (y otras 5 curiosidades sobre el mundo del Telón de Acero)
1. La caída del Muro de Berlín
El mundo de 1989 no era el mismo que el de 1945, cuando en Potsdam los aliados ganadores de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la URSS) dividieron Alemania en cuatro zonas de ocupación. Ni el de 1961, cuando se levantó el Muro de Berlín.
Y como los años pasan por todos, hasta por la Historia, en el 89 solo hizo falta un error de un señor llamado Günter Schabowski en una conferencia de prensa (¡cosas del directo!). En la presentación de una nueva ley, que mira tú por donde relajaba los requisitos para solicitar permisos de viaje al otro lado del llamado Telón de Acero, preguntaron a Schabowski por la fecha de entrada de esta. Y este señor, que no lo tenía muy claro, respondió así como algo atoradillo: «ab sofort!» («¡desde ya!»).
Total, que la gente se concentró espontáneamente en los pasos fronterizos (como el de la Bornholmer Straße, donde se grabaron las imágenes del vídeo que te dejo abajo y que a mí siempre me pone los pelos de punta), y no se disparó ni un solo tiro.
Ver estos vídeos del 9 de noviembre de 1989 me emociona un montón, porque aunque yo aún no había nacido (y eso refuerza mi argumento de que esto forma ya parte de la historia), fue hace poquísimo tiempo y es algo de lo que me han hablado mis padres y que prácticamente todo el mundo recuerda. Una de mis escenas favoritas de Esa nube tiene forma de oveja (sorprendentemente, cualquiera diría que solo me gustan las escenas tristes) es precisamente la que cuenta la caída del Muro de Berlín.
2. Los marcos de bienvenida
El Begrüßungsgeld era un regalo de bienvenida que la RFA daba a todo aquel que cruzara desde la RDA entre 1970 y 1989: al principio, se recibían dos pagos anuales de 30 marcos de la RFA, aunque tras una serie de restricciones del gobierno del Este para las cantidades de dinero que se podían cambiar entre las divisas de uno y otro país, cuando cayó el Muro de Berlín la cantidad estaba fijada en un pago único de 100 marcos de la RFA por persona.
Esta medida se eliminó un poco antes de la Reunificación, cuando se recuperó la moneda única que se había eliminado tras el Bloqueo de Berlín entre 1948 y 1949.
3. El Sandmännchen
El Sandmännchen (que se traduce como Hombrecillo de arena) es un personaje de cuento que ya aparece en antologías de E. T. A. Hoffmann y Andersen, que dependiendo de las versiones (y hay muchas) ayuda a los niños a dormir o a no tener pesadillas dándoles arena o soplándoles en los ojos.
En la RDA, era una marioneta simpatiquísima y adorable que aparecía cada noche en televisión, tenía una breve aventura y terminaba cantando una canción para mandar a los niños a la cama (vamos, la versión alemana de La familia Telerín).
¿Qué es lo más curioso de todo? Que en el Oeste pensaron que el Sandmännchen era una idea estupenda y la copiaron, haciendo una versión propia. Sin embargo, la cosa no cuajó mucho y tras un par de años en los que se emitía un Sandmännchen a cada lado del Telón de Acero finalmente el que cuajó fue el original, el de la RDA.
4. Los precios de la RDA
La RDA, como el resto de países tras el Telón de Acero, funcionaba con una economía planificada en planes quinquenales. Esto afectaba a muchas cosas (como por ejemplo las cuotas de producción), pero una de las consecuencias más visibles para el público general eran los precios.
Nosotros, hoy en día, estamos acostumbrados a que el mercado se rija por las leyes de la oferta y la demanda, lo cual hace que los precios de los productos fluctúen según su disponibilidad y la capacidad de compra de los consumidores (vamos, que la fruta está más cara cuando no es de temporada y que un café te vale más caro en el centro turístico de una ciudad que en el bar de tu barrio de toda la vida).
Pero en la RDA esto no funcionaba así: el Estado sacaba una lista con los precios de venta al público de los productos y estos valían lo mismo en todos los lugares y se mantenían iguales durante años (hasta que cambiara la lista). Esto se llamaba EVP, que es la abreviatura de Einzelhandelsverkaufspreis. Al comparar estas listas con los sueldos medios (aproximadamente podía ser de unos 700 marcos mensuales para un trabajador normal, 1100 para un ingeniero o 2000 para un profesor de universidad), podemos saber cuán alta era la capacidad de compra de la gente: por ejemplo, una tele en color como la que quería Frau Pohlmann en mi novela podría haber costado 4500 marcos y una trompeta como la de Dieter, unos 200. (Por cierto que todas estas cosillas aparecen en Esa nube tiene forma de oveja, sin infodumping y en medio del drama, así que apenas te das cuenta).
Si tienes curiosidad, en este caso, y haciendo una excepción (porque he contrastado la información con otras fuentes), te recomiendo la lista que viene en Wikipedia, que está bastante completa. Aunque también te recuerdo esto de aquí, que a veces parece que se nos olvida:
5. Cómo funcionaba la Stasi
La Stasi es como generalmente conocemos a la policía política de la antigua RDA (viene de Staatssicherheit, y era parte de algo así como el Ministerio del Interior).
Básicamente, una de cada diez personas en la RDA pertenecía a la Stasi o era informante de la Stasi. Probablemente tus vecinos fueran informantes de la Stasi. La Stasi sabía lo que desayunabas y a qué hora ibas al baño.
Una película muy buena que me tuvo tres semanas con los pelos de punta (y me inspiró muchísimo para escribir el capítulo cuarto de Esa nube tiene forma de oveja) es La vida de los otros (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006). La Stasi es también la razón por la que la cita que es la trama principal de mi relato Trovadores transcurriera como transcurrió.
Y si te pillaban y terminabas prisionero de la Stasi, te llevaban a un sitio llamado Hohenschönhausen, que está en Berlín (y hoy es un museo), pero tú no sabías adónde te habían llevado porque te metían en una furgoneta que por fuera parecía de reparto pero por dentro tenía unas celdas diminutas sin ventanas.
De hecho, escuchando podcasts y entrevistas a personas que vivieron en la RDA, lo que más impresiona es la sorpresa de la gente cuando lee su archivo en la Stasi.
6. La Coca-Cola y el Spitteleck
La arquitectura de la RDA fue una de las primeras cosas de las que hablé en este blog cuando estaba escribiendo Esa nube tiene forma de oveja… Básicamente, se construían Plattenbauten (y Muros, claro).
Y si hay un ejemplo de lo rápido que engulló el capitalismo a la RDA es lo que ocurrió con el Spitteleck.
El Spitteleck era un edificio situado en la Leipziger Straße, en lo que fue Berlín Este. A simple vista, parece un Plattenbau más, construido en un solar resultado de las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Erigido a principios de los 80, contenía casi 300 apartamentos, una guardería, dos tiendas y un restaurante.
El Muro cayó en 1989. ¿Y qué ocurrió dos años después?
Pues que un símbolo de lo que había sido el orgullo de la RDA (la planificación, la eficiencia, la familia, etc.) fue colonizado en su cúspide por el primer anuncio capitalista de la mitad oriental de Berlín: un anuncio de Coca-Cola (¡que sigue allí a día de hoy!).
Espero que hayas aprendido alguna cosilla leyendo este artículo… y si no es así, pues por lo menos déjame un comentario quejándote e intentaré hacerlo mejor para la próxima vez: justo debajo de esto tienes un formulario maravilloso para suscribirte a mi lista de correo y no perderte ninguna entrada; además, al suscribirte podrás descargarte de manera totalmente gratuita el relato Operación Gomorra, precuela de Esa nube tiene forma de oveja. También gratis (bueno, con pago social en Lektu, que al final no te cuesta nada) puedes descargarte el relato Trovadores, que va sobre la primera cita entre dos personajes que se casan durante una elipsis de Esa nube tiene forma de oveja y sobre el que puedes descubrir más en mi artículo sobre los otros besos del Muro de Berlín.
¿Que todavía no te he convencido para que compres Esa nube tiene forma de oveja? Pues mira, puedes leer las primeras páginas (y comprarla en digital) en Casa del libro o Amazon (¡o en la plataforma que utilices!).
O puedes dedicarme menos de dos minutos de tu vida en ver este bookplay tan estupendo:
Y, por supuesto, también puedes comprarla en formato físico en cualquier librería (solo tienes que encargarla) o, si lo prefieres, en la web de Letrame.
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Hola. Excelente artículo. Yo recuerdo perfectamente donde estaba y con quien cuando dijeron en las noticias que había caído el Muro de Berlín. No lo podía creer. He publicado tam ien en Letrame, Un viaje inesperado, que aun ocurre en la actualidad, mira hacia atrás, hacia la Francia ocupada. Veo que eres muy joven y es muy probable que triunfes. Yo soy mayor y, a duras penas, voy asumiendo mi fracaso como escritora. Pero, aún así, sigo escribiendo todos los dias. Enhorabuena.
Nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para cumplir un sueño. ¡Enhorabuena a ti también! ♥