HACÍA ALGÚN TIEMPO QUE NO ME ponía a documentarme en serio (aunque por mis tableros de Pinterest pueda parecer otra cosa) ¡y lo echaba de menos! Pero resulta que he dejado aparcadas por un tiempo las novelas históricas y me he metido en un proyecto muy diferente: reescribir (o más bien hacer un remake) de una antigua novela mía que nunca pude quitarme del todo de la cabeza. La historia y los personajes siguen esperando que les haga justicia, así que he hecho un refrito de todo lo que me gustaba y he tirado a la basura todo lo demás: el punto de partida es el mismo pero la historia me está llevando a un nuevo final, mucho más planificado y coherente. ¿Y eso qué significa? Pues que gran parte de la labor de documentación ya la tenía hecha de cuando escribí la primera versión de esta novela.
Aunque, claramente, como soy una friki de la documentación, todavía hay mil cosas que tengo que ponerme a buscar y a investigar: una de las razones por las que me he propuesto reescribir este proyecto es porque la ambientación no terminaba de de ser del todo verosímil: los personajes hablaban como suspendidos en un limbo todo el rato e interactuaban poquísimo con su entorno (que, por si no lo has adivinado todavía, es un circo, así que fíjate qué oportunidad tan desaprovechada).
De modo que, esta vez, me he planteado tomarme las cosas con mucha calma y, para asegurarme de que todos los detalles están justo donde quiero que estén (porque obviamente quiero que esta versión sea la definitiva y que las correcciones que tenga que hacer cuando termine no sean demasiado profundas), voy a empezar por el principio. Por eso, de momento se acabaron las entradas de documentación extrema sobre Berlín y la Guerra Fría (espero poder contarte pronto también cómo va avanzando ese otro proyecto) y me voy a centrar más en cosas relacionadas con circos.
La situación es la siguiente: mi protagonista (entre otras cosas) es trapecista de profesión. Yo la verdad es que nunca en mi vida me he subido a un trapecio (por mucho que me gustaría), así que me he tenido que poner un poco las pilas para poder describir la rutina diaria de este personaje con la suficiente veracidad.
¿Qué es un trapecista?
Bueno, pues un trapecista es un artista de circo que utiliza, en principio, un trapecio para sus números. Pero en realidad forman parte del trapecismo las acrobacias con tela aérea, cuerda vertical o española y alguna que otra variante más… Y esto no es todo. Porque mismamente dentro de lo que es el trapecismo más tradicional (el del trapecio) hay dos grandes modalidades: el trapecio fijo (el que no se columpia) y el trapecio volante (el que se columpia).
Según varios testimonios como este de personas que han ido a escuelas de circo (¡no puedo morirme sin haberlo intentado!), aparte de calentar y estirar muy bien (y de tener la ropa, el equipamiento y la supervisión adecuadas, claro está [aprovecho para apuntar que mis personajes son unos malotes y se pasan las recomendaciones por la suela de los zapatos]), es importante comenzar haciendo las figuras y escapes en un trapecio estático o fijo para después pasar al trapecio volante.
¿Y cuáles son esas figuras y escapes? Pues así a bote pronto serían los que vienen enumerados en este artículo (por cierto, el vídeo del final es simplemente precioso), pero como yo nunca me conformo con ir por el camino fácil he encontrado esta completísima base de datos clasificada y ordenada ¡y con vídeos y explicaciones con dibujitos! Me está salvando la vida, aunque los nombres de las figuras están en inglés y muchas veces tengo que investigar cómo se les suele llamar a cada uno en español (porque mi historia está ambientada en España).
Sin duda, lo más útil de todo son los vídeos. Hoy en día hay vídeos de todo tipo en Youtube, y el trapecismo no iba a ser menos: he encontrado tutoriales para trapecistas principiantes (en español, en inglés y hasta con las rutinas de calentamiento previas aconsejadas), actuaciones completas y hasta números desglosados figura por figura (esta vez en francés). La única pega es que necesito tiempo y paciencia para vérmelos todos (y fuerza de voluntad para no quedarme embobada después de verlos y ponerme de verdad a escribir).
Aunque, eso sí, como después de todo hay fuentes de información mucho más interesantes que internet, lo mejor es escaparse al circo de vez en cuando a ver a los trapecistas actuando en directo: y si es Varekai del Cirque du Soleil en Lisboa, ¡pues mejor que mejor! Sin duda, la mejor forma de hacer documentación extrema es experimentando lo que van a experimentar tus personajes.
¿Y tú? ¿Sabes algo de trapecismo? ¿Te gusta el circo? ¿Eres también un poco friki de la documentación? ¡Déjame un comentario! Y, si quieres ver otros ejemplos de cómo me documento, te recomiendo que le eches un vistazo a estas otras entradas. ¡Hasta la semana que viene!
- Europa después de Carlomagno - 11/11/2024
- Quién lee a un premio Nobel - 11/10/2024
- 9 novelas para empezar a leer literatura asiática | #marzoasiático - 21/02/2024
¡Hola! Hasta ahora nunca me aparecí por aquí, bueno,por los comentarios porque usualmente suelo pasearme por tu blog. Tengo que decirte que me inspiras mucho y, como tú, también soy una loca de la documentación extrema. En mi caso, mi novela es ucrónica (o como se diga) y también en su momento se sitúa en la guerra fría por lo cual me sentí muy cercana a tu historia y a tus entradas en el blog.
Hoy vine aquí, mas que nada a tirarte flores y también a comentarte algo que me anda sucediendo. Mi novela roza con el género de espionaje, pero uno de mis personajes es el director de un servicio de inteligencia privado y esto me está matando. Siento que la forma en la que lo planteo suena irreal, escucho en mis sueño las voces de los lectores diciendo «¡Esto es otra película al estilo James Bond!». Mi pregunta es: Cuando la documentación se acaba, ¿qué herramientas tengo para mantenerme en la cuerda floja? Estuve leyendo novelas de varios autores, viendo documentales, leyendo artículos y entrando a páginas de las que nunca tuve idea que existían hasta hoy pero siento que no me alcanzan… ¿Cuál crees que sea el problema? Necesito consejos 🙁
Gracias por leer hasta aquí uvu
Saludos
¡Hola, muy buenas! Lo primero, muchísimas gracias por el comentario y por tus palabras. ¡Me encanta encontrarme con más frikis de la documentación!
Las ucronías, además, me parecen un género de lo más interesante (aunque también creo que tiene bastante dificultad), así que ante todo ánimo. Por lo que me comentas, tu problema puede ser que el personaje en cuestión no te parece lo suficiente verosímil aunque el contexto que lo rodea está bien documentado, ¿verdad? Si, como dices, te has empapado bien de experiencias similares, tal vez no necesites centrarte tanto en su faceta como director de un servicio de inteligencia sino más en sus motivaciones personales como personaje: quién es cuando sale del trabajo, con quién se toma las copas cuando necesita un respiro de su vida marital, por qué se casó con esa mujer a la que odia, cuál de sus hijos es secretamente su favorito… En definitiva, quién es él más allá de su trabajo y por qué actúa como actúa (y todo esto no tienes por qué incluirlo explícitamente en tu novela, sino dar un par de pistas o dejar que el personaje se convierta en alguien de tres dimensiones con alguna mención a su otra vida en los diálogos o algo así…)
Espero haberte ayudado, aunque sea un poquito. Sin más datos, es lo que me ocurre que te puede estar pasando. También es verdad que, cuando nos metemos en un proyecto grande, después de meses escribiendo empezamos a desmotivarnos poco a poco por detalles y a veces hay que saber seguir adelante y terminar. Quizás una vez que acabes tu novela y la dejes reposar un poco, cuando vuelvas a ella seas capaz de identificar con mucha más claridad qué es lo que no funciona con ese personaje
¡Hola! Muchas gracias por tu respuesta y lamento responder tan tarde. ¡No me había fijado en lo que dices!