EL TUTORIAL DE HOY es de los más sencillos de la sección. En realidad, es una tontería en cuanto a ejecución: haces click un par de veces y ya lo tienes.
Continuar leyendo «Las notas en Microsoft Word | Las herramientas del escritor (8)»
EL TUTORIAL DE HOY es de los más sencillos de la sección. En realidad, es una tontería en cuanto a ejecución: haces click un par de veces y ya lo tienes.
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EN LA ENTRADA DE la semana pasada ya te conté que este verano, con esto de las vacaciones y gracias a una escasez de acceso a internet, he tenido que reaprender a escribir sin documentarme. O, lo que es lo mismo, he hecho un esfuerzo por seguir escribiendo: nada de pararme a completar detalles y, por supuesto, nada de pasar tres horas de reloj mirando a la pantalla porque hay una palabra que no me viene a la mente. Al fin y al cabo, ya habrá tiempo de volver a todo eso cuando comience a corregir la novela.
No quiero ponerme pesada repitiendo lo mucho que ha aumentado mi productividad desde que he decidido regresar a mis orígenes y escribo sin distracciones, pero es que es así. Una media de 1000 palabras al día, un grandísimo empujón a la novela y, sobre todo, la sensación de que estoy avanzando; de que por fin esto toma forma, que es algo que, sinceramente, con este proyecto no me pasaba desde que comencé a planificar su estructura hace cosa de un año (además, tuve un bache allá por la mitad, que por suerte pude superar). ¿Y cuál ha sido la clave? Puede parecer simple, pero ponerme a escribir.
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Hace unos días me puse a editar Esa nube tiene forma de oveja, mi novela sobre la Guerra Fría, para dejarla presentable ¡y resulta que me di cuenta de que me hacía falta un glosario!
Allá por mayo del año pasado te hablé ya de la ingente cantidad de notas al pie de página que tenía en mi manuscrito (que, por supuesto, ha crecido desde entonces). De hecho, tenía dos categorías de notas: las que eran simplemente la traducción de términos extranjeros, principalmente, del alemán (notas al pie), y las que eran anotaciones culturales o históricas, sobre personajes que existieron realmente o cosas por el estilo (notas al final del documento).
Continuar leyendo «Insertar un glosario en Microsoft Word»LA SEMANA PASADA te hablé de la estructura de los tres actos, uno de los modelos narrativos más aplicados en todo tipo de historias. Y te enseñé cómo yo misma he utilizado ese modelo para escribir mi última novela y cómo puedes hacer tú lo mismo. De hecho, utilicé un gráfico de Excel para visualizar en qué puntos mi novela se desvía de la guía, lo cual me ha servido para determinar qué zonas podría alargar un poco y cuáles funcionarían mejor si las acortara. No es algo determinante, pero sí una ayuda más para la fase de corrección, y una de las pocas que puedes calcular de forma objetiva.
Así que esta semana te traigo una plantilla descargable de Microsoft Excel para que tú también puedas calcular hacia en qué porcentaje de tu novela has colocado los puntos de inflexión y de giro. He intentado hacerla lo más sencilla posible, pero por si acaso voy a dedicar esta entrada a explicar cómo funciona. Para ello, voy a utilizar de modelo los datos correspondientes a mi novela publicada, Cuando la luna brille (que, por cierto, te animo a que compres si te interesan las historias de vikingos).
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¡HOLA! En la entrada de la semana pasada te conté que me he puesto a corregir la última novela que he escrito. Cuando termine de tachar cosas y añadir flechas rojas y asteriscos y de rellenar los márgenes de trozos reescritos me tocará pasar todos esos cambios al Word. Pero, claro, cuando llevas, pongamos, tres horas seguidas corrigiendo y cambiando cosas (quitando y tachando y volviendo a poner), es muy probable que llegue un momento en el que ya no sepas bien ni cómo te llamas. No te preocupes: es normal. Llegados a ese punto lo mejor es que salgas un poquito a la calle, aunque sea al balcón, a que te dé el aire.
Y, quizás, cuando vuelvas y releas lo que has corregido te des cuenta de que sigue sin convencerte. O de que, incluso, ese párrafo que has tachado entero tendrías que haberlo dejado en su sitio. Porque estaba mejor antes.
Si en vez de corregir a mano, como yo, eres de los que prefiere hacerlo directamente a ordenador, caerás más de una vez en la tentación de borrar capítulos enteros sin parpadear. Es por eso que el control de cambios tiene que convertirse (si no lo es ya) en tu mejor amigo durante el proceso de corrección.
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ANTES DE NADA, quiero que sepas que esta misma tarde me han dicho que ya se puede comprar Cuando la luna brille en algunas librerías. ¡Corre a la tuya a encargarlo! Además, si estás por la zona puedes acercarte a la presentación que estamos organizando para el día 11 de marzo en Olivenza. ¡Allí te espero!
(y, ahora, al lío)
A mí el año pasado me mandaron tantos trabajos en clase que me volví vaga. Yo, antes, cuando escribía utilizaba solamente esta pestañita de aquí abajo de todas las opciones que tiene Microsoft Word: Y pensaba que me iba bien en la vida y que presentaba los documentos de una manera bastante profesional. ¡Estaba equivocadísima!