¡FELIZ AÑO NUEVO! Primera entrada del 2017 ¡y toca reseña! Ya van cuatro de las cinco que voy a publicar como miembro del jurado de los Premios Guillermo de Baskerville 2016, organizados por Libros Prohibidos. Aquí puedes leer las anteriores: la de Así no vamos a ninguna parte, de Pablo Garcinuño; la de Lo que no bailamos, de Maivo Suárez y la de Once goles y la vida mientras, de Pablo Santiago Chiquero: ¡échales un vistazo para decidir tu próxima lectura!
Hombres felices, Felipe R. Navarro (Páginas de Espuma)
«Alguien llega a su casa. Un hombre, una mujer. Pone la televisión, o música. Lee. Quizá llame a otro o sea otro quien haga la llamada, quizá conteste a un mensaje o a un correo. Y, entonces, el mundo –la vida– comienza a desmoronarse, o al contrario, empieza a vislumbrarse la lógica –a veces injusta– de su funcionamiento.
Una fotografía o un cuadro, un padre que juega con su hijo y que –irremediablemente– se convierte en otro, las familias, los compañeros, los amantes. Dos amigos, por ejemplo, debaten sobre el orden y el desorden de una cocina y, como en estos cuentos, de una honestidad bestial, todo se convierte en una lúcida visión de lo que es la vida –el mundo–, de lo que somos, felices o no, cada uno de nosotros».
Autor: Felipe R. Navarro
ISBN: 978-84-8393-195-0
Precio: 14€
Precio EPUB: 5.99€
Fecha de publicación: 2016
Es este un libro cortito compuesto por muchos relatos cortitos también. Aunque algunos de ellos son complejos e incluso algo densos, la brevedad de la mayoría y la forma acertadísima en la que el autor los ha ordenado, intercalando los que son más largos con alguno corto para permitir al lector tomar aire, consiguen pese a todo que el libro no se haga pesado.
Hombres felices no tiene un hilo conductor entre sus relatos (o al menos yo no se lo he encontrado): tampoco son relatos al uso, de los que cuentan una historia con introducción, nudo y desenlace. Más bien se trata de reflexiones en torno a premisas aparentemente banales, como en Let’s talk about the weather (a propósito, aunque mis conocimientos de francés y portugués no son especialmente altos, tengo que decir que he encontrado un par de errorcillos gramaticales en las frases en esos idiomas del relato) o en Un modelo, que el autor consigue transformar en un ejercicio metanarrativo con resultados bastante acertados en algunos de los relatos, como Argos, Tarde de circo y Te diré cómo lo haremos (mis favoritos). Esta metanarrativa, sin embargo, no termina de convencerme en esos casos en los que el narrador se solapa con el autor y ambos se alían para echarnos de la lectura con sus comentarios al margen.
La narración es correcta: elaborada y cuidada en las descripciones (puedo destacar, por ejemplo, las del relato Óxido), salpicada de diálogos que el autor camufla quitándoles sus marcas de puntuación (entiendo que se trata de una decisión de estilo, pero no me ha convencido del todo). Los personajes, en los relatos que se prestan a una profundización en su psicología y motivaciones, me han gustado bastante. Puedo destacar la protagonista de La modificación sustancial de las condiciones de trabajo y el de Amarillo limón: son de los más reales de la colección y de esos que nos dejan reflexionando una vez que llegamos al punto y final del relato.
Hombres felices es un libro que invita a la reflexión sobre la propia labor de escritura y, quizás en un plano más secundario, sobre grandes sentimientos humanos como la soledad o la memoria. Creo que invita a una lectura pausada: incluso recomendaría intercalar cada relato con otro tipo de libros. Son totalmente independientes entre sí y creo que son perfectos para desconectar de otros libros antes de sumergirnos en uno nuevo.
¡Échale también un vistazo a la reseña de Hombres felices en la web de Libros Prohibidos! Y que los Reyes os traigan muchas cositas 😉
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