CUANDO YO EMPECÉ A ESCRIBIR, allá por 2006 (ha llovido desde entonces), lo que me iba era la fantasía. Mi primera novela era una cosa muy rara (que, para más detalles, estaba escrita en las hojas que no usaba para clase de las libretas de sociales) cuya protagonista era una jovencita a la que básicamente le hacían bullying todos sus conocidos y que, voilá, de repente era la elegida (tal cual: la Elegida) para salvar un mundo mágico paralelo del que nadie tenía constancia y bla, bla, bla. Original, ¿verdad?
Esa fue la primera pero hay otras muchas, algunas mejores que otras, en las que me empeñaba en incluir elementos fantásticos (y había casos en los que no pegaban ni con cola) porque, no sé, creo que pensaba que así mis novelas eran más guays o que yo era más guay (hasta que me enteré de que esto no funciona así).
En fin. Que yo no sabía ni cuál era mi estilo ni qué se me daba mejor escribir ni nada de nada. Hasta que, casi por casualidad, llegó a mis manos el primer tomo de los Episodios Nacionales de Galdós. Digo por casualidad porque venían con el periódico y mi madre me lo dio porque soy la que más rápido lee de mi casa, para ver si merecía la pena coger el segundo al domingo siguiente.
Yo había leído novela histórica antes, claro, pero nunca de aquella manera. Me entusiasmó tanto la historia de Gabriel e Inesilla que he releído siete veces los diez tomos que componen la Primera Serie de los Episodios, y me conquistó tanto el relato algo idealizado de la Guerra de la Independencia que es una de mis etapas históricas favoritas (entre otras cosas por lo dramática que resulta); Goya, uno de mis pintores preferidos y el propio Galdós, mi escritor favorito.
De modo que me dije que yo también quería escribir algo así. Que yo también quería que la gente que me leyese aprendiera algo al mismo tiempo que se emocionaba con las tragedias que les ocurrían a unos personajes que se veían envueltos en las idas y venidas de la Historia.
Desde entonces, he tocado también otros géneros (mayormente el realista), pero ninguno me ha satisfecho tanto como la novela histórica. De hecho, la primera que escribí terminó en la Lista de Honor de Oro del Premio Jordi Sierra i Fabra 2011 (también ha llovido bastante desde esto) y la tercera, Cuando la luna brille, va a ser publicada este año.
Mucha gente me ha dicho a lo largo de los años que consideran que, dentro de los géneros literarios, la novela histórica es uno de los más difíciles de escribir. ¡Pues yo no estoy de acuerdo! Con un poco de documentación y un mucho de observación tú también puedes conseguirlo.
“La Historia está en lo que hacen todos y en lo que hace cada uno”
Pérez Galdós, B. (1875) El equipaje del Rey José
Crédito de la foto: ©ArtsyBee for pixabay.com
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¡Ah! Me ha encantado. Sospecho que voy a decírtelo cada vez que publiques una entrada del flog (tan limpito todo aish), pero haces que parezca todo facilísimo, querida apestosilla; aunque tengo que decir que el género histórico siempre me parecerá el más complicado de escribir, porque no sabría por dónde empezar y al final las dos sabemos que acabarían saliéndome hadas de debajo de las letras. Las hadas siempre se nos esconden detrás de los adjetivos, ¿verdad que sí? Y al final resultaría que la primera guerra mundial comenzó porque los ogros estaban haciendo temblar el suelo, te lo digo yo.
Estoy deseando que nos cuentes algo más sobre tus experiencias en la novela histórica. Supongo que inventarte un personaje que vive en un periodo concreto o que está basado en ciertos hechos tiene que ser necesariamente distinto a inventarte personajes de otros mundos y etc., ¿no? ¿Cómo es eso de mezclar historia con ficción? *_*? ¿Hasta qué punto hay que ser experta en la materia para ponerte a escribir? /te seguiré haciendo preguntas si se me ocurren jijii
¡Un abrazo de fregaderos con gripe!
¡Hola, querida! A mí me encantaría leer una novela sobre las hadas de la Edad de Piedra *guiño-guiño*. Las mezclas de géneros, si se hacen bien, son algo fantástico porque permite aunar las maravillas de dos tipos de novelas diferentes. Estoy segura de que si pruebas a ambientar una novela en otro período histórico te saldrá algo muy, muy interesante.
Respecto a tu pregunta, creo que me la guardo para una futura entrada en el blog (más que nada porque podría estar hablando horas sobre esto), pero diré que no es necesario tener un máster para escribir una novela histórica, ¡ni mucho menos! El medio siempre va a condicionar la forma de ser de un personaje: la única diferencia radica en si los padres de Fulanito son elfos rebeldes o sans-culottes. ¡Pero el proceso de creación es exactamente el mismo!
Muchos besos amarillos ^^
La novela histórica me parece complicado para escribir pero es lo que más me gusta leer… así que te animo a continuar con ello.
A mí también es de lo que más me gusta leer. ¡Muchas gracias por tu comentario!
«Nuestra imaginación es la que ve y no los ojos», Benito Pérez Galdós. ¡Buen artículo! Estaremos pendientes de esa próxima novela.
Me alegro de que os haya gustado el artículo. Y la cita es de Marianela, ¡otro de mis libros favoritos! Muchas gracias por pasaros y un saludo.