CUANDO TIENES UNA IDEA que te motiva, lo que más te apetece en el mundo es abrir un documento en blanco (o estrenar una libreta nueva, esto ya según el gusto de cada uno) y empezar a escribir. Sin más, porque sientes que esa idea es lo más maravilloso y original que se te ha ocurrido nunca y que esta va a ser tu obra definitiva; todo lo que has escrito antes puede que no sirva para nada, pero esto, con esta idea, va a marcar la diferencia.
Y sin embargo, no es demasiado recomendable que te pongas a escribir directamente. Por lo menos, no si no tienes varias cosas claras antes. Y una de ellas es el escenario en el que van a moverse tus personajes.
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