CUANDO YO EMPECÉ A ESCRIBIR, allá por 2006 (ha llovido desde entonces), lo que me iba era la fantasía. Mi primera novela era una cosa muy rara (que, para más detalles, estaba escrita en las hojas que no usaba para clase de las libretas de sociales) cuya protagonista era una jovencita a la que básicamente le hacían bullying todos sus conocidos y que, voilá, de repente era la elegida (tal cual: la Elegida) para salvar un mundo mágico paralelo del que nadie tenía constancia y bla, bla, bla. Original, ¿verdad?