HOY TENGO QUE confesaros una cosa.
O, mejor dicho, varias.
La primera es que esta tarta no aparece en Alicia en el País de las Maravillas.
Me explico: en realidad, el concepto del “no-cumpleaños” o “incumpleaños” aparece en la segunda parte de las aventuras de Alicia: A través del espejo. Se trata de una conversación entre Alicia y Humpty Dumpty sobre la corbata del huevo:
–Me la dieron –continuó diciendo Humpty Dumpty con mucha prosopopeya, cruzando una pierna sobre la otra y luego ambas manos por encima de una rodilla– me la dieron… como regalo de incumpleaños.
–¿Perdón? –le preguntó Alicia con un aire muy intrigado.
–No estoy ofendido –le aseguró Humpty Dumpty.
–Quiero decir que, ¿qué es un regalo de incumpleaños?
–Pues un regalo que se hace en un día que no es de cumpleaños, naturalmente.
A esto le sigue una breve discusión sobre cuántos incumpleaños hay en un año. Y esto es todo. Ni fiesta, ni música, ni tarta. Así que, amigos, lo confieso: esta vez he sacrificado la parte literaria del postre y me he quedado con la versión Disney que todos conocemos.
Y supongo que ahora es cuando os confieso por qué. Allá va: resulta que mañana es el cumpleaños de mi hermana.
Este es el tercer año que no lo puedo celebrar con ella porque vivimos lejos. Así que llevo tres años sin poder hacerle una tarta en condiciones. Y aquí va mi tercera confesión: la primera tarta “bonita” que hice fue precisamente hace cuatro años, para el cumpleaños de mi hermana, que cumplía 11 y estaba obsesionada con el color rosa. Esta era la tarta:
En resumen, que como este año tampoco voy a poder estar con mi hermana en su cumple, he querido al menos dedicarle esta tarta por su incumpleaños. Así que
¡¡felicidades!!
Y puestos a ponernos emotivos, y aprovechando que no hay una receta concreta para el pastel de no-cumpleaños, he decidido usar la misma receta de bizcocho que usé para aquella primera tarta. No tengo claro de quién es la receta, pero en mi casa se ha usado desde siempre, así que supongo que tengo cierto derecho a decir que es una receta familiar. Se trata de un bizcocho de chocolate súper fácil y muy rico, así que esta vez no tenéis excusa para no hacerlo. En cuanto a la cobertura, he decidido hacerla de crema de queso y mantequilla de cacahuete, porque (y esta es la última confesión de hoy) no me gustan ni el fondant ni las cremas de mantequilla con que se suelen decorar las tartas y cupcakes. Para que os hagáis una idea, la más simple se hace con mantequilla y azúcar glace a partes iguales. Visualmente queda muy bonito, pero ¡es demasiado empalagoso para mi gusto! La cobertura que yo os propongo, en cambio, solo lleva dos cucharadas de azúcar, y el sabor de la mantequilla de cacahuete le da un toque muy especial. Naturalmente, si no os gusta podéis hacer cualquier otra cobertura o dejar el bizcocho tal cual, que también está buenísimo. Así que ¡vamos con la receta!
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
- 1 yogur natural (el mío tenía pepitas de chocolate, pero es opcional)
- 1 vaso de yogur de aceite de girasol
- 1 vaso de yogur de azúcar
- 3 vasos de yogur de harina
- 4 huevos
- 1 sobre de levadura en polvo
Para la cobertura:
- 300 g de queso de untar
- 3 cucharadas de mantequilla de cacahuete
- 2 o 3 cucharadas de azúcar (al gusto)
- Colorante alimentario rojo
*Lo más habitual es encontrar colorante líquido o en gel, aunque también lo hay en polvo. Para esta receta nos vale cualquiera de ellos.
PREPARACIÓN:
Para el bizcocho:
1. En un bol mezclamos el aceite y el azúcar.
2. Añadimos los huevos uno a uno y batimos hasta que quede una mezcla homogénea.
3. Añadimos el yogur y mezclamos de nuevo.
4. Vamos añadiendo la harina con la levadura y el cacao y mezclando poco a poco.
¡Listo! Vertemos la mezcla en un molde untado con mantequilla y lo metemos al horno, precalentado a 180º, durante 20-25 minutos o hasta que veamos que esté hecho.
Nota: yo he usado dos moldes más pequeños por simple comodidad, pero se puede hacer perfectamente en uno grande.
Para la cobertura:
1. Mezclamos el queso de untar, la mantequilla de cacahuete y el azúcar con la batidora de varillas hasta que quede una mezcla homogénea. Hay que tener cuidado de no batirlo demasiado, porque el queso se quedará demasiado líquido y se escurrirá sobre el bizcocho.
2. Ahora hay que añadir el colorante. ¡Ojo! Nada de añadirlo todo de golpe, o acabaremos con una tarta de color rojo sangre. Añadid primero una cantidad muy pequeña (una gota o media cucharilla de café) y mezclad para ver el resultado. Si el color no es lo bastante intenso, añadid otro poco hasta alcanzar el tono perfecto.
MONTAJE:
1. Cuando el bizcocho esté frío, lo separamos en dos capas. (Nota: Ya he dicho que yo hice dos bizcochos pequeños, así que mi tarta tiene cuatro capas en lugar de dos). Si tenéis, podéis usar una sierra para tartas, aunque se puede hacer perfectamente con un cuchillo.
2. La siguiente parte es opcional: darle la forma que aparece en la película, más estrecho por la parte de abajo. Aquí no hay instrucciones concretas; improvisad hasta que os convenza la forma.
3. Y ya solo queda rellenar las capas y recubrir la tarta con la cobertura:
4. Antes de servirla, la decoramos con un poco de nata para que se parezca a la versión Disney. ¡Y listo!
Espero de verdad que os animéis a probarla y me contéis el resultado.
¡¡¡FELIZ NO-CUMPLEAÑOS!!!
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Creo que la clave absoluta de este postre es darle la forma adecuada. ¡Seguro que estaba riquísima!
Feliz no-cumpleaños, querida *.*
Acabo de llegar a casa y ver esto y me has dado mucha hambre TwT yo quiero que sea mi no-cumpleaños y comer tarta… en realidad ya es mi no-cumpleaños pero no veo tarta más que en la pantalla y así no puedo comermela 🙁 soy un Theta triste.
Peeeero dejando dramas a un lado… ¡recortada queda muy bonita! Cubierta se nota menos la forma pero que mona te ha quedado *_______* El buttercream a mi me encanta, siendo sinceros xDDDU y creo que en la peli es fondant lo de la decoración pero sustituirlo con nata es una buena idea para quien no le guste *___* que rico, en serio!
¡Pero qué hambre!
En serio, se me ha hecho la boca agua… ¡Y la quiero probar! :’3 tal vez un dia de estos me animo a cocinar algo.
(yo también me quedé con ganas de probarla