CUANDO LEÁIS ESTO, Dory ya se habrá enterado de que el postre literario de este mes es de su libro. Sin embargo, he estado manteniéndolo en secreto hasta el último momento por el simple placer de hacerlo, y como venganza porque, leyendo Cuando la luna brille, yo tampoco supe qué pasaría hasta el final.
Si ya habéis leído el libro, habréis notado que, en realidad, no se menciona ningún postre (muy mal, Dory, me pones las cosas difíciles). Y si no lo habéis leído, ¿a qué esperáis? En fin, el caso es que un buen vikingo no se rinde ante las adversidades (?), así que decidí liarme la manta a la cabeza e inventar mi propia receta. Pero, como sabéis, me gusta ser lo más fiel posible a los libros, así que me propuse un reto: utilizar únicamente las materias primas mencionadas en el libro. Con esto en mente, comencé una relectura, y aquí está la página que me dio la clave:
Quitando el pescado, que no es muy adecuado para un postre, aquí tenía los elementos que necesitaba: leche de cabra, miel, grano… Solo tenía que conseguir combinarlos en un postre. Y tras horas de intensa reflexión cuando terminé de releer el libro y me puse a pensarlo de verdad, se me ocurrió una idea: una tarta de queso de cabra y miel. Así que me puse manos a la obra, y aquí os traigo el resultado de mi experimento.
Antes de comenzar, supongo que debería advertir de algo obvio: para que te guste esta tarta tiene que gustarte el queso de cabra. No es una tarta de queso al uso; es un sabor más fuerte y menos convencional. Dicho esto, también tengo que decir que tuve un catador que se declaró satisfecho con el experimento, y que hizo unas fotos increíbles del resultado final.
Dicho esto, creo que no hay mucho más que añadir. Es una receta muy sencilla, porque en todo momento tenía en mente que los personajes de Cuando la luna brille tenían que ser capaces de hacerlo con los medios a su alcance. Dicho de otro modo, esta vez no tenéis excusa: si puede hacerse en una aldea vikinga, también podréis vosotros. Así que ¿empezamos?
INGREDIENTES:
PARA LA BASE:
- 200 g de harina
- 75 g de mantequilla
- 100 g de miel
PARA EL RELLENO:
- 250 g de queso de rulo de cabra
- 250 g de yogur de cabra / queso de untar
- 250 g de miel
- 4 huevos
Nota: además del rulo que cabra, me encontré con este queso vikingo, y no pude resistime a comprarlo. Sin embargo, es bastante fuerte, así que si no os gusta mucho es mejor no añadirlo.
PREPARACIÓN:
1. Comenzamos preparando la base. Primero mezclamos la harina con la mantequilla cortada en dados. Podemos comenzar con un tenedor o directamente con los dedos, pero al final va a tocar pringarse igual 😉
2. Añadimos la miel. Es mejor calentarla unos segundos en el microondas para que esté bien líquida y sea más fácil remover. Mezclamos hasta que adquiera una consistencia parecida a la de la imagen.
3. Untamos un molde con mantequilla y extendemos la masa en el fondo, calcando con las manos o con una cuchara hasta cubrir toda la base.
4. Lo metemos en el horno (sin precalentar) a 180ºC para que se vaya cocinando mientras hacemos el relleno.
5. Y vamos con el relleno: desmenuzamos el queso de cabra y lo mezclamos con el yogur, los huevos y la miel. Batimos con las varillas hasta que quede homogéneo. Probablemente algunos trocitos de queso no se desharán del todo, pero no os preocupéis: le dará un aspecto más rústico… o vikingo, si lo preferís.
6. Vertemos la mezcla sobre la base que ya teníamos en el horno y lo dejamos, de nuevo a 180-200ºC, durante un mínimo de 45 minutos. Dependiendo del horno puede llegar a tardar una hora o incluso un poco más. Para saber cuándo sacarlo, lo mejor es fijarse en que esté bien cuajado por los bordes. El centro estará un poco más blando incluso cuando esté completamente hecha.
7. Dejamos enfriar completamente la tarta y la metemos en la nevera un mínimo de dos horas, aunque mejor si podéis dejarla al menos una noche para que cuaje del todo.
¡Y ya está! A la hora de servirla, podéis ponerle un poco de miel por encima o tomarla tal cual.
Fotos © Fran (sí, el mismo Fran que aparece en la dedicatoria del libro :D)
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He de decir que no sabía que Mary se había inventado un postre a partir de mi libro hasta que me pasó la entrada /ayer/. Así que me he llevado una grandísima sorpresa, como todos. ¡Y ME HA ENCANTADO! Sobre todo, el detalle del barco vikingo en el envoltorio del queso *.*
Me encantaría probar a hacer esta tarta, pero no tengo horno ni posibilidades de conseguir uno a medio plazo. Sin embargo, me ofrezco (y no es la primera vez pero nunca cuela) como catadora para la próxima vez que mis personajes te inspiren un postre *____________*
(creo que estoy un poco espesa pero me ha hecho muchísima ilusión, querida. ¡Gracias!)
ESTO ES TAN BONITO. AH. Sois todos unos amores. Mary y Fran, es que… Ay. /ahora no puedo comentar pero *corazón*