¡HOLA DE NUEVO y feliz año! ¿Preparados para una nueva entrada de los Postres Literarios?
Este mes os traigo un postre y un libro altamente recomendables. Como el nombre del postre habla por sí solo, empezaré por hablar del libro. Se trata de La esmeralda de Kazán, de Eva Ibbotson. Es la historia de una niña llamada Annika que vive en la Viena Imperial. Y además de ser un libro muy entretenido y con unos personajes entrañables, es uno de esos libros que merece la pena leer con un dulce al lado, porque de vez en cuando te encuentras párrafos que te hacen la boca agua. Por ejemplo…
¿Os hacéis una idea? Pues eso. Recomiendo encarecidamente leer el libro saboreando una porción de strudel de manzana. Y si encima es hecho en casa, la experiencia será insuperable.
Ahora bien, el strudel tiene fama de ser un postre complicado. Annika estaría de acuerdo con esta afirmación, de hecho:
Lo sé, lo sé. No suena bien. ¡Pero no os dejéis llevar por el pánico! Prometo que no es tan difícil como parece. Los ingredientes son muy sencillos y la única dificultad está en amasar. Pero de verdad, no necesitamos que la masa quede “fina como el papel”. Además, siempre podéis optar por el atajo de comprar la masa ya hecha. Y prometo que el resultado merece la pena. Mucho. Así que ¿estáis dispuestos a echarle un vistazo a la receta?
Ingredientes:
Para la masa:
- 350 g de harina.
- 5 cucharadas soperas de aceite de girasol.
- 10 – 12 cucharadas soperas de agua.
- Una pizca de sal.
*Si optáis por la opción cobarde de comprar la masa, solo necesitaréis un paquete de masa quebrada. Eso sí, aseguraos de estirarla bien con el rodillo igualmente.
Para el relleno:
- 5 manzanas.
- 100 g de nueces (sin cáscara).
- 50 g de azúcar moreno.
- 1 cucharada sopera de especias (canela, jengibre…)
- 2 cucharadas de mantequilla derretida.
- Harina (para espolvorear).
Preparación:
1. Empezaremos por preparar la masa. Para ello, ponemos la harina en un bol formando un volcán y echamos el aceite en el cráter.
2. Empezamos a mezclar con una cuchara (o con las manos, si os gusta mancharos) y vamos añadiendo el agua y mezclando tras cada cucharada.
3. Cuando la mezcla alcance una consistencia como de migas o “pegotes”, es el momento de meter las manos en la masa (jejeje. No tiene que quedar perfectamente mezclada todavía, pero sí lo bastante integrada como para formar una bola y ponerla en nuestra mesa o superficie de trabajo).
4. ¡Hora de amasar! Como hacíamos de pequeños con la plastilina. No hay un método exacto. Simplemente, haz fuerza con las manos hasta que quede perfectamente homogénea.
5. Cuando tengamos una bola de masa bien integrada, es hora de dejarla reposar. Volvemos a colocarla en el bol y ponemos aceite por encima para que no se forme costra. Yo recomendaría dejarla reposar al menos dos horas. Así se ablandará y será infinitamente más fácil de estirar. De lo contrario, será como un chicle y os volveréis locos intentándolo. Y sí, hablo por experiencia. Lo intenté dejándola solo una hora (¿impaciente, yo? Por favor.) y la masa no hacía más que encogerse o romperse. Así que eso, dos horas mínimo.
6. Después de esperar las dos horas, es hora de coger el rodillo y comenzar a extender. ¡Atención! Hay que colocar la masa sobre un paño bien amplio (¡y limpio!). Eso nos permitirá enrollarla después con el relleno. Id poco a poco y procurad darle forma rectangular. Fijaos en las fotos:
7. Cuando la masa tenga más o menos el grosor de un meñique, llegamos a la parte complicada divertida. Levantamos la masa y la sostenemos sobre los nudillos de ambas manos. Comenzamos a separar las manos con cuidado para estirar la masa. En cuanto sintamos que empieza a ceder, volvemos a juntar los puños, giramos un poquito la masa para cambiarla de posición y estiramos de nuevo. Repetimos el proceso tantas veces como nos sea posible para que la masa quede fina sin llegar a romperse.
8. Pero si se os rompe, ¡no pasa nada! Todo tiene arreglo. No hay más que poner un parche de masa sobre el agujero y pasar el rodillo por encima hasta que quede unido. Puede que necesitéis pegarlo con un poco de aceite.
9. Una vez que tengamos la masa extendida y sin agujeros, empezamos a preparar el relleno. Es mejor hacerlo ahora y no con antelación, mientras esperamos a que la masa repose. La razón: la manzana se oxidaría y soltaría líquido durante todo ese tiempo, y el resultado sería mucho menos apetecible y más difícil de manejar. Así que ahora pelamos las manzanas y las cortamos en trozos pequeños. Podéis hacer láminas finas, picarlas en dados o lo que más os guste. Personalmente, prefiero las láminas porque luego quedan más blanditas.
10. Ponemos los trozos de manzana en un bol y añadimos el azúcar, las especias y las nueces. Removemos bien.
11. Untamos la masa con un poco de mantequilla derretida y la espolvoreamos con harina (y, si queréis, con un poco de azúcar). De esta manera, cuando la manzana suelte líquido al cocinarse, evitaremos que salga por fuera. Luego colocamos el relleno formando una especie de muralla sobre un extremo de la masa, como en la foto:
12. Cogemos el trapo por el extremo más cercano al relleno y lo levantamos suavemente, dejando que la masa se vaya enrollando sobre sí misma. Cuando tenga la forma que el libro describe como «de un perro salchicha», enroscamos los extremos para que no quede ningún hueco por donde pueda salir el líquido.
13. Forramos una bandeja de horno con papel vegetal y colocamos encima el strudel. ¡Al horno! 180ºC durante aproximadamente una hora. Y remarco el «aproximadamente». Cada horno es un mundo, así que no os fiéis. Echad un vistazo de vez en cuando y, si veis que la masa se está oscureciendo demasiado, bajadle la temperatura o sacadlo directamente. Es preferible que la manzana quede poco hecha a que se queme la masa.
¡Y ya está listo! Aquí tenéis el resultado:
Os aseguro que no hay nada mejor para una tarde de invierno que sentarse a leer La Esmeralda de Kazán saboreando un maravilloso strudel de manzana. ¡Animaos a intentarlo!
Como siempre, estaré encantada de responder a cualquier duda que tengáis; no tenéis más que dejar un comentario. Y aunque no tengáis dudas, ¿conocíais el libro? ¿lo habéis leído? ¿Creéis que tiene buena pinta? Contádmelo todo. ^__^
¡Hasta la próxima!
- Los dulces de melocotón de «Hierro y seda» - 11/07/2018
- Los rollitos de canela de «Las carreras de escorpio» - 27/06/2018
- El pan de nueces de «El talismán albanés» - 30/05/2018
No sé si me animaré a hacerlo algún día (realmente el mundo va mejor si te dejamos a ti la repostería y además tendría que conseguirme un horno xD), y si lo hago será obviamente siguiendo el camino cobarde y comprando pasta ya hecha, pero este postre es especial para mí, no solo porque me encanta todo lo que lleva manzana sino porque me recuerda muchísimo a Alemania. Aunque allí los que he probado llevan pasas en vez de nueces (y las pasas no me hacen mucha gracia que digamos).
Pero bueno, aquí traigo la pregunta del millón: ¿estaba rico? <3
¡Hola!
Nah, no digas tonterías, yo confío en tus dotes culinarias. A mí el apfelstrudel también me trae muy buenos recuerdos, dearie *0*. Y me pasa lo mismo con las pasas, por eso me alegré un montón de que en el libro lo hagan con nueces. El sabor no cambia apenas, pero a mí se me hace más agradable.
¡Y por supuesto que estaba rico! Es apfelstrudel, no puede NO estar rico. Lo hice de postre para la cena de Nochevieja (no sé si se aprecia mi mandil navideño, pero tiene dibujada una cara de reno, es adorable xD) y le gustó a todo el mundo. De hecho, me muero de ganas de volver a hacerlo. Y tú deberías animarte también
(repito que primero tendría que agenciarme un horno)
/No sé si lo que me ha abierto más el apetito ha sido el fragmento del libro que has subido o las fotografías en sí. /Adoro cuando los libros me dan hambre. /Mary, querida, insisto en que nos dejes hacerte sugerencias cof cof: yo siempre he querido probar una Supernena.
Sospecho que esta receta está por encima de mis humildes capacidades, pero afortunadamente tengo hermana, de modo que si no se nota mucho que es idea mía a lo mejor la convenzo para que prepare el postre por (¿para?) mí. ¡Estaré al acecho para descubrir qué es lo próximo que nos cocinas, querida!
(quizás, Ale querida, deberíamos unir nuestras fuerzas para intentar hacer un experimento culinario de este calibre en la próxima acampada)
Yo acepto sugerencias, lo he dicho un montón de veces, darling. Pero insisto en que esta receta (y la mayoría de las que pienso colgar) son muy fáciles una vez que te pones a hacerlas. En serio, todo el mundo contesta con un «oh, cómo mola, pero yo no sería capaz» y NO PUEDE SER. ES MUY FÁCIL. Atrévete, aunque la primera vez sea con masa comprada, y verás como no te arrepientes :3
APPELSTRUDEL ASDFGASDFGH MARY TE QUIERO. Es mi postre favorito ever y no sabia que lo habias hecho *____* Lo de amasar la masa con las manos hasta dejarla fina me parece lo más difícil pero el resto es verdaderamente más accesible de lo que me imaginaba *-* y tienes un don para explicarte sin hacernos sentir inútiles al resto genial (diciendo que no pasa nada si se nos rompe, parche de masa y listo). Así que tendré que hacer yo también en casa (informaré qué tal va xd) y ojear el libro <3
Eso, eso, si te animas, luego queremos un informe detallado
Awww, muchas gracias *O* Por fin alguien que dice que parece fácil *.* Y lo de la masa no es para tanto, te lo aseguro :3. Apoyo a Dory, queremos informe completo cuando lo hagas 🙂
Eso no cuenta. Aquí tenéis que convencer a alguien que sea torpe ghhh