Reseña: «Clorofilia», Cristina Jurado | Premios Guillermo de Baskerville’17

Reseña: «Clorofilia», Cristina Jurado | Premios Guillermo de Baskerville’17 — Esquinas Dobladas

¡VAMOS CON LA SEGUNDA RESEÑA! Como miembro del jurado de los Premios Guillermo de Baskerville, organizados por la web Libros Prohibidos (que con su gran labor hacen que poco a poco la literatura independiente y autopublicada vaya abriéndose hueco en el mercado hispanohablante), voy a reseñar cuatro novelas cortas. Es mi segunda edición, porque ya participé como jurado en la edición del año pasado, aunque en la categoría de Relato Corto, mientras que este me ha tocado la Novela Corta.

De momento, esta es mi segunda reseña: puedes leer por aquí la que publiqué hace un par de semanas de Despertares, de Felicidad Martínez; y hasta enero voy a seguir leyendo y publicando una por cada novela corta nominada. La cosa parece que está muy interesante, por cierto.

Y, sin más, aquí está la reseña:

«Clorofilia», Cristina Jurado

Reseña: «Clorofilia», Cristina Jurado | Premios Guillermo de Baskerville’17 — Esquinas Dobladas

Clorofilia

Autora: Cristina Jurado

Cerbero, 2017

 

ISBN: 9788494642234

142 páginas

¿Quién es Kirmen? ¿Por qué el joven no se parece a sus padres, ni a su amigos, ni a ninguno de los habitantes del Claustro? En el exterior de las cúpulas que protegen a los últimos habitantes de la Tierra, una tormenta eterna y monstruosa se ceba con el planeta. Kirmen sigue cambiando y, mientras tanto, no deja de soñar con salir. Al exterior. A la tormenta. ¿Qué es Kirmen?

Lo primero que tengo que destacar de este libro es el comienzo tan increíble que tiene.  Las primeras frases son totalmente perfectas: atrapan al lector con esas metáforas tan sugerentes y directas. Hay pocas cosas más importantes que un comienzo en una novela, y Cristina Jurado ha sabido aprovecharlo.

El resto del primer capítulo (el titulado Cero), sin embargo, no ha terminado de convencerme: en la primera lectura me encantó (aunque me chocó un poco la rapidez con la que se presenta y termina el episodio de la niña con apendicitis), pero una vez que he leído la novela entera, al revisarla, no puedo evitar pensar que la historia de verdad comienza con la introducción de su protagonista, Kirmen, que no aparece hasta el capítulo Dos. Y, sin embargo, creo que la información que se nos presenta en este primer capítulo es necesaria para la novela: es en la forma de enlazarlo con el resto donde le veo las carencias. Quizás si se hubiese estructurado de otra forma me habría convencido más, porque resulta como digo muy interesante para comprender la evolución de otro de los personajes claves de la trama: el doctor.

Y es que otro punto estrella de Clorofilia es el tratamiento y la caracterización de sus personajes: hay poquitos, los justos para el número de páginas, y todos ellos resultan terriblemente vivos y reales. ¡Es una delicia leer esos diálogos tan bien construidos! Nada de infodumping y no hay lagunas de información tampoco: realmente he visto pocos casos de personajes tan bien conjugados en tan pocas páginas. Sin duda, son la gran fortaleza de Clorofilia: la reflexión que presentan, su visión del mundo (que también está muy bien construido y presentado) y la manera en la que se enfrentan a él.

Las descripciones (la prosa en general) son también una delicia. Una vez más, enhorabuena a Cristina Jurado por haber conseguido hacerlas tan redondas en tan poco espacio: soy una gran defensora de la economía del lenguaje y del uso de palabras precisas y claras, y es algo en lo que la autora de verdad se ha ganado mi admiración, especialmente en los pasajes que hablan de la naturaleza, en contraposición al entorno donde interactúan los personajes.

De hecho, como introduje por ahí arriba, lo único que creo que le falta a Clorofilia para ser un libro totalmente redondo es una mejor estructura. Es justo en los puntos clave de la trama donde me parece que flaquea (el ya meniconado capítulo Cero, o ese inciso que es el capítulo Tres que no termina de cuadrarme del todo en el sitio en el que está) y, sobre todo, en la resolución del conflicto. Nuevamente, la manera en la que está contado el clímax de la novela me parece hermosísima, pero no ha conseguido cautivarme todo lo que debería precisamente porque el detonante que lleva a ese punto culminante no me ha parecido que estuviera lo suficientemente justificado.

Me explico: aunque es cierto que había pistas plantadas por toda la novela, o eran demasiado poco obvias o yo las pasé demasiado por alto, porque ni en un millón de años podría haber intuido lo que se avecinaba. Creo que Cristina Jurado apostó demasiado por la carta del plot twist radical sin dejar prácticamente nada para un poco de ironía dramática que hubiera enriquecido al personaje de Jana y toda esa trama de los padres de Kir que, tal y como está, parece más un añadido gratuito de última hora que un elemento planificado e integrado dentro del resto de la trama.

Aun así, el desenlace termina por ser relativamente satisfactorio en su condición de final abierto (personalmente, me habría encantado saber qué ocurre después, pero entiendo que lo dejemos ahí), y deja un buen sabor de boca para esta novela que, más que leerse con calma, se engulle.

En definitiva: otra agradable sorpresa que me dejan los Premios Guillermo de Baskerville, que juzgué en un principio como obra distópica aunque quizás pueda encuadrarse mejor en el género fantástico e, incluso, de terror.


 

¡Y hasta aquí esta segunda reseña de Novela Corta de los Premios Guillermo de Baskerville 2017! Muy pronto, más: suscríbete a mi lista de correo para que te llegue la notificación a tu bandeja de entrada. ¡Y hasta la semana que viene (que toca postre ;])!

Elena

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