ADEMÁS DE SER ESCRITORA, como esto de tener tiempo libre es una nueva moda que no termino de entender, soy profesora de inglés (de ahí que este artículo esté lleno de anglicismos, es un problema que tengo y que estoy intentando solucionar). No hay muchas cosas que mis dos trabajos tengan en común (más allá de que a veces no encuentro las palabras que necesito en ningún idioma), pero una de las pocas similitudes que la experiencia me ha demostrado que existen entre dar clase y escribir una novela es la necesidad de desarrollar una gran capacidad de resiliencia. De adaptación, vamos.